viernes, 28 de diciembre de 2018

Capítulo 5 de Sorgin



 Capítulo 5

La verdad

Había estado en ese salón miles de veces. Es un salón grande pero no tanto como mi habitación, tiene tres estanterías llenas de libros, una para mis libros preferidos, otra para los de Ash y otra para los de Meredith, Nate odia leer. En el centro hay un sillón  de color índigo. Ese sillón donde me he sentado tantas veces…  Una alfombra de diferentes tonalidades naranjas ocupa gran parte del suelo. La recorro con la mirada y veo una pequeña mancha color negro, entonces recuerdo cuando a Nate se le cayó la pintura al pintar su primer cuadro, al que él mismo llamó La oscuridad. También recuerdo la bronca que le cayó después de ese percance. La habitación tiene únicamente dos ventanas por las que durante ocho horas al día entra una perfecta luz natural, es por eso que mis padres eligieron este como salón familiar y no otro de los muchos que hay por el castillo.

A pesar de haber estado en esta sala miles de veces, esta vez sé que es diferente. Me siento diferente.

—Primero de todo quiero aclararos que si os hemos ocultado todo esto fue por la seguridad de vuestro hermano mayor —empieza la conversación en tono neutro mi padre.

—La historia que os vamos a contar se remonta al principio de la humanidad, —continúa mi madre— Hace dos siglos y medio, una señora que vivía en una pequeña aldea de Cumbia empezó a experimentar y estudiar con pequeñas rocas. Las hacía levitar, creaba pequeñas explosiones e incluso transmutó algunas de ellas.

—Todos aquellos conocimientos quedaron plasmados en un libro—continúa mi padre, pero inmediatamente caigo en la cuenta de a qué se refiere y termino la oración por él.
—¡El Libro de Alquimia primitivo! —termino yo con un tono entre incredulidad y fascinación.

El libro de Alquimia primitivo es una leyenda que ha pasado de generación en generación por las familias de Cumbia. Esta afirma que el primer libro de magia fue escrito por una humilde pueblerina de un pequeño poblado al norte de Cumbia. La leyenda dice que este libro posee hechizos místicos que podrían modificar cursos naturales, el espacio-tiempo o incluso cambiar el pasado o avanzar al futuro. Pero la realidad es que nadie ha visto este libro hace más de dos siglos y se desconoce la identidad de la autora, el año o cualquier dato que pudiese servir de ayuda para localizarlo.

—Pero eso es solo una leyenda que nos contaba la abuela —afirma mi hermana pequeña, con la intención de que le digan lo contrario.

—Las leyendas también pueden ser ciertas —le responde mi madre.— Este es el mayor secreto de nuestro reino, el libro de Alquimia primitivo existe, y la magia también. Hasta hace cincuenta años había magos reales que ayudaban a los monarcas en la mayoría de tareas reales y toma de decisiones.

—¿Por qué si son reales nunca hemos oído hablar de ellos o los hemos visto?—pregunta ahora Nate en tono acusatorio.

—Debéis saber que la alquimia tiene dos caras, y que, al igual que la magia, existe. La brujería o magia negra también y es muy peligrosa. Por esto no os contamos nada.

—¿Y el libro está aquí?—inquiere Meredith expectante.

—No, —responde rápido mi padre— el libro se halla en paradero desconocido, pero algunas páginas son conservadas en nuestro Tesoro real.
En ese momento caigo en la cuenta de que las misteriosas vitrinas negras no están puestas en el medio al azar ni tampoco son simples mesas donde apoyar los montones de libros.

—Gracias por contarnos la verdad ahora —declaro con tono de reproche— pero, ¿qué tiene todo esto que ver con Ash?

—Yo descubrí esto hace mucho tiempo, —decide tomar él mismo las riendas de la conversación— desde un primer momento me fascinó. Les conté mi descubrimiento a nuestros padres y ellos me pidieron que guardase el secreto por un tiempo. Decidí investigar y encontré en el Archivo Real el registro de decenas de escuelas de magia y alquimia por todo el mundo. En ese entonces papá me estaba presionando para que eligiese algo que estudiar y se me encendió la bombilla. Y tras muchas horas de reflexión y realización de análisis sobre mis posibilidades, sueños y metas, decidí que quiero estudiar magia —declara con un tono de completa convicción. Empecé entonces a buscar cuál era la mejor academia y encontré Thieferdick la escuela de magia más prestigiosa de todo el mundo.

—Hemos ido a Luboa no por un viaje de negocios, —decide continuar mi padre— sino para que vuestro hermano Ahs hiciese las pruebas de acceso para esta academia.
Es en ese pequeño instante de silencio, cuando puedo asimilar todo lo que me acaban de contar. Mi hermano mellizo, la persona que más quiero en este mundo y por la única por la que daría mi vida, me ha mentido, y durante muchos meses. Mis padres nunca nos han mencionado nada acerca de este tema salvo la leyenda que contaba mi abuela Sunshine. Por último mi hermano puede que se vaya a estudiar al extranjero en un lugar, por lo que presumo, sin señal ni ningún tipo de comunicación. Tengo miedo, estoy triste, tengo millones de preguntas, me siento traicionada y sobre todo dolida. Cuando me quiero dar cuenta mis ojos ya están cristalizados y una lágrima amenaza con salirse de ellos si no logro canalizar el torbellino de emociones que ni yo misma comprendo. Ashton al verme hace un ademán de abrazarme, pero me retiro dejando sus brazos caer.

—Los resultados de la prueba de admisión llegan mañana —me dice con cara de cachorrito abandonado.
Yo decido quedarme callada y dejar que mi silencio hable por sí solo. Es entonces cuando puedo respirar con regularidad y ordenar todas mis ideas.

—Hija, —me dice mi madre— si no te lo contamos antes fue por tu seguridad, teníamos miedo.
Vuelve a reinar el silencio. Tras unos segundos decido romperlo.

—Dejadme sola, —ordeno finalmente— necesito estar sola. Idos —declaro firmemente. —Todos —digo mirando a mi hermano mellizo, el cual no tiene ni la más mínima intención de marcharse.

Al ver la dureza en mi rostro inmediatamente todos se levantan y se marchan, dejándome sola en esta sala que conozco tan bien, en la que he estado tantas veces. Pero definitivamente, esta vez ha sido distinta, ha sido diferente y, no sé por qué, pero tengo el presentimiento de que va marcar mi vida para siempre.


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