viernes, 28 de diciembre de 2018

Capítulo 5 de Sorgin



 Capítulo 5

La verdad

Había estado en ese salón miles de veces. Es un salón grande pero no tanto como mi habitación, tiene tres estanterías llenas de libros, una para mis libros preferidos, otra para los de Ash y otra para los de Meredith, Nate odia leer. En el centro hay un sillón  de color índigo. Ese sillón donde me he sentado tantas veces…  Una alfombra de diferentes tonalidades naranjas ocupa gran parte del suelo. La recorro con la mirada y veo una pequeña mancha color negro, entonces recuerdo cuando a Nate se le cayó la pintura al pintar su primer cuadro, al que él mismo llamó La oscuridad. También recuerdo la bronca que le cayó después de ese percance. La habitación tiene únicamente dos ventanas por las que durante ocho horas al día entra una perfecta luz natural, es por eso que mis padres eligieron este como salón familiar y no otro de los muchos que hay por el castillo.

A pesar de haber estado en esta sala miles de veces, esta vez sé que es diferente. Me siento diferente.

—Primero de todo quiero aclararos que si os hemos ocultado todo esto fue por la seguridad de vuestro hermano mayor —empieza la conversación en tono neutro mi padre.

—La historia que os vamos a contar se remonta al principio de la humanidad, —continúa mi madre— Hace dos siglos y medio, una señora que vivía en una pequeña aldea de Cumbia empezó a experimentar y estudiar con pequeñas rocas. Las hacía levitar, creaba pequeñas explosiones e incluso transmutó algunas de ellas.

—Todos aquellos conocimientos quedaron plasmados en un libro—continúa mi padre, pero inmediatamente caigo en la cuenta de a qué se refiere y termino la oración por él.
—¡El Libro de Alquimia primitivo! —termino yo con un tono entre incredulidad y fascinación.

El libro de Alquimia primitivo es una leyenda que ha pasado de generación en generación por las familias de Cumbia. Esta afirma que el primer libro de magia fue escrito por una humilde pueblerina de un pequeño poblado al norte de Cumbia. La leyenda dice que este libro posee hechizos místicos que podrían modificar cursos naturales, el espacio-tiempo o incluso cambiar el pasado o avanzar al futuro. Pero la realidad es que nadie ha visto este libro hace más de dos siglos y se desconoce la identidad de la autora, el año o cualquier dato que pudiese servir de ayuda para localizarlo.

—Pero eso es solo una leyenda que nos contaba la abuela —afirma mi hermana pequeña, con la intención de que le digan lo contrario.

—Las leyendas también pueden ser ciertas —le responde mi madre.— Este es el mayor secreto de nuestro reino, el libro de Alquimia primitivo existe, y la magia también. Hasta hace cincuenta años había magos reales que ayudaban a los monarcas en la mayoría de tareas reales y toma de decisiones.

—¿Por qué si son reales nunca hemos oído hablar de ellos o los hemos visto?—pregunta ahora Nate en tono acusatorio.

—Debéis saber que la alquimia tiene dos caras, y que, al igual que la magia, existe. La brujería o magia negra también y es muy peligrosa. Por esto no os contamos nada.

—¿Y el libro está aquí?—inquiere Meredith expectante.

—No, —responde rápido mi padre— el libro se halla en paradero desconocido, pero algunas páginas son conservadas en nuestro Tesoro real.
En ese momento caigo en la cuenta de que las misteriosas vitrinas negras no están puestas en el medio al azar ni tampoco son simples mesas donde apoyar los montones de libros.

—Gracias por contarnos la verdad ahora —declaro con tono de reproche— pero, ¿qué tiene todo esto que ver con Ash?

—Yo descubrí esto hace mucho tiempo, —decide tomar él mismo las riendas de la conversación— desde un primer momento me fascinó. Les conté mi descubrimiento a nuestros padres y ellos me pidieron que guardase el secreto por un tiempo. Decidí investigar y encontré en el Archivo Real el registro de decenas de escuelas de magia y alquimia por todo el mundo. En ese entonces papá me estaba presionando para que eligiese algo que estudiar y se me encendió la bombilla. Y tras muchas horas de reflexión y realización de análisis sobre mis posibilidades, sueños y metas, decidí que quiero estudiar magia —declara con un tono de completa convicción. Empecé entonces a buscar cuál era la mejor academia y encontré Thieferdick la escuela de magia más prestigiosa de todo el mundo.

—Hemos ido a Luboa no por un viaje de negocios, —decide continuar mi padre— sino para que vuestro hermano Ahs hiciese las pruebas de acceso para esta academia.
Es en ese pequeño instante de silencio, cuando puedo asimilar todo lo que me acaban de contar. Mi hermano mellizo, la persona que más quiero en este mundo y por la única por la que daría mi vida, me ha mentido, y durante muchos meses. Mis padres nunca nos han mencionado nada acerca de este tema salvo la leyenda que contaba mi abuela Sunshine. Por último mi hermano puede que se vaya a estudiar al extranjero en un lugar, por lo que presumo, sin señal ni ningún tipo de comunicación. Tengo miedo, estoy triste, tengo millones de preguntas, me siento traicionada y sobre todo dolida. Cuando me quiero dar cuenta mis ojos ya están cristalizados y una lágrima amenaza con salirse de ellos si no logro canalizar el torbellino de emociones que ni yo misma comprendo. Ashton al verme hace un ademán de abrazarme, pero me retiro dejando sus brazos caer.

—Los resultados de la prueba de admisión llegan mañana —me dice con cara de cachorrito abandonado.
Yo decido quedarme callada y dejar que mi silencio hable por sí solo. Es entonces cuando puedo respirar con regularidad y ordenar todas mis ideas.

—Hija, —me dice mi madre— si no te lo contamos antes fue por tu seguridad, teníamos miedo.
Vuelve a reinar el silencio. Tras unos segundos decido romperlo.

—Dejadme sola, —ordeno finalmente— necesito estar sola. Idos —declaro firmemente. —Todos —digo mirando a mi hermano mellizo, el cual no tiene ni la más mínima intención de marcharse.

Al ver la dureza en mi rostro inmediatamente todos se levantan y se marchan, dejándome sola en esta sala que conozco tan bien, en la que he estado tantas veces. Pero definitivamente, esta vez ha sido distinta, ha sido diferente y, no sé por qué, pero tengo el presentimiento de que va marcar mi vida para siempre.


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martes, 18 de diciembre de 2018

Capítulo 4




Capítulo 4



La vuelta de Luboa


Nunca me había parado a pensar en qué es querer a alguien. Muchas personas piensan que quieren a alguien cuando les gusta estar con esa persona, o cuando sabe todos tus secretos. Pero sinceramente yo creo que querer a alguien es preocuparte por él, ansiar su felicidad tanto o incluso más que la tuya.

Esto es lo que me pasa con Ash, mi querido, no tanto en este momento, hermano mellizo. Estoy preocupada, angustiada diría yo, hace dos días que no hablamos. Después de ayudar a Meredith con su trabajo de geografía y quitarle el collar con la copia de la llave del Tesoro Real que se había encontrado misteriosamente esa mañana debajo de su almohada, decidí darme un baño e  irme a dormir. Al día siguiente no recibí ninguna llamada de nadie, ni un sólo mensaje. Pensé que se le habría olvidado, así que no le dí importancia. La preocupación real llegó al día siguiente cuando no me llamó, ni siquiera contestó a ninguna de mis llamadas. De verdad que tengo miedo. Nunca había estado tanto tiempo sin hablar con mi hermano y sinceramente lo echo de menos.

Al ver que Ash no respondía llamé a papá. Él también estaba sin cobertura o tenía apagado el móvil. Esto no sé si me tranquiliza o me angustia más.

Supuestamente hoy llegaban de Luboa, por lo que entendí el día que se fueron. Mi plan era darles una gran bienvenida, pero ahora es lo que menos me apetece. Estoy enfadada preocupada, angustiada, agobiada y profundamente confundida. No entiendo nada, no entiendo por qué me han ocultado el motivo de este viaje, por qué no me han contestado y sobretodo no entiendo que he hecho para que mi hermano no confíe en mí lo suficiente para contarme todo desde un principio.

Con todo esto pasando por mi cabeza a velocidad incalculable, decido bajar al salón para despejarme y pasar tiempo con mi madre y mis hermanos pequeños. Al llegar me doy cuenta de que mi hermano Nate está leyendo un cuento al revés. Me tomo un segundo para pensar en si decirle o no, finalmente me decanto por la segunda opción y decido entablar conversación con mi madre.

—Hola mamá, —saludo— Ash y papá no me contestan a las llamadas.

—Hoy vuelven hija, no te preocupes.

Definitivamente esto es más extraño de lo que creía. Conozco a mi madre, debería de estar llamando a mi padre desesperada. Debería estar preocupada, enojada, llorando, echando fuego por la boca... Habría incluso enviado a alguien a Luboa para cerciorarse de que están bien. Esto es definitivamente más extraño de lo que creía.

—Mamá, ¿te encuentras bien? —tardo un segundo en darme cuenta de lo que acabo de decir.
En ese momento todas las miradas de la sala se posan en mí, mi hermana Mer me mira como si hubiese cometido un delito y estuviera a punto de ir la cárcel. Por el contrario el rostro de mi hermano refleja expectación y un destello de diversión se posa en su mirada.
—Claro que sí hija, ¿por qué lo preguntas?

Todos nos quedamos ojipláticos.

—Vale, esto si que es extraño. —mi madre me mira con confusión. —¿No vas a darme ningún sermón sobre modales? —niega con la cabeza. —¿Ni siquiera me vas a recriminar por el tono que he utilizado al preguntarte? —niega de nuevo, esta vez sin tanta efusividad.

—Vaya, si que debe de ser gordo el cargo de conciencia por no contarte el secreto. —interviene mi hermana, pero inmediatamente se calla al notar la mirada penetrante de mi madre.
Abro la boca para contestar, pero en ese momento me veo interrumpida por el sonido de la puerta principal.

—¡Hola familia, ya hemos vuelto! —grita mi padre desde la puerta.
A pesar de que me muero por ver a mi hermano mellizo, me contengo. Estoy enfada, me lo recuerdo mentalmente en el intento de frenar mis ganas de salir corriendo. Lo consigo.

—Salvada por la puerta. —dice Nate en un susurro casi inaudible con su mirada puesta en mamá.

—Bueno, ese cargo de conciencia está a punto de soltarse. —dice Lara, mi madre, en un tono misterioso.
En ese momento entran en el salón los recién llegados. Me dispongo a hablar pero de nuevo soy interrumpida, esta vez por la voz de Ash.

—Antes de que me grites, —dice anticipándose a mis acciones— por favor escucha lo que tengo que decirte.

—Hija, —habla mi padre ahora— hay una explicación razonable para todo esto, no te precipites.

—Esto es cosa de toda la familia Joel, —le inquiere mi madre— ya hemos guardado este secreto por mucho tiempo.
Mi padre asiente con complicidad, en ese momento se crea un silencio incómodo que dura apenas unos segundos.

—Pero primero, vamos a sentarnos, —sugiere mi madre— que esto es denso.

—¿Estás listo hijo? —le pregunta mi padre a Ash.
Conozco perfectamente a mi hermano, su rostro refleja seguridad, pero tiene la mirada perdida, está intentando no mirarnos directamente. Tiene miedo, pero no sé de qué.

—Sí, tienen que saberlo. —responde finalmente.
Aún no ha empezado, pero siento que estos próximos cinco minutos van a cambiar el resto de mi vida.


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viernes, 14 de diciembre de 2018

SORGIN. Capítulo 3 No fue para tanto


Capítulo 3

No fue para tanto


Llevo toda la tarde leyendo y aprobando documentos del reino. Desde que cumplí diecisiete, mis padres me dan parte del trabajo de la corona ya que así lo dictan los deberes reales: «Un príncipe debe adquirir ciertas responsabilidades reales a la edad de diecisiete años para que su transición a adulta no sea tan drástica». Es bastante aburrido pero es mi deber.

Papá y Ash se fueron hace ya un rato, pero la verdad es que ya los echo de menos. Me prometieron que me llamarían al llegar a Luboa.

Harta de este aburrido trabajo, decido tomarme un descanso e ir a ver a mis hermanos.
Al bajar la larga escalera, me percato de que ya no hay ninguna llave colgando de ninguna puerta, al principio me extraña, pero entonces caigo en la cuenta de que llevo cuatro horas metida en el despacho revisando documentos. Prosigo sin mirar atrás y en la recta final del pasillo noto como mi teléfono vibra en mi bolsillo, lo saco y contesto sin mirar de quién se trata, pues lo sé perfectamente.

—Hola, ¿qué tal llegasteis?

—Hola hermanita, estamos bien, ya en palacio…

—Ahhh, que bien. —Incluso yo me sorprendo con ese tono tan frío de reproche y desconfianza.

—Kath, ¿estás enfadada?

—No Ash, solo me siento dolida porque no me lo hayas dicho, siempre nos lo contamos todo, ¿por qué empezar a ocultarnos cosas ahora?

—Perdóname de verdad, te lo quería contar pero… Es que es complicado.

—¡¿COMPLICADO?! ¿En serio hermano, de verdad me estás diciendo eso…? Pensaba que confiábamos el uno en el otro…

—¡Claro que confío en ti! Solo confía tú en mí, en cuanto llegue te lo contaré.—me promete en tono de disculpa.
Dispuesta a seguir gritando a mi hermano por el teléfono replico, pero me doy cuenta de que mirando por la última puerta se halla mi hermana Meredith con rostro de preocupación y desasosiego por lo que está ocurriendo. Inmediatamente cambio el tono.

—Está bien, en cuanto llegues me lo dices.
Se oye un suspiro de alivio al otro lado de la línea. —Gracias hermana, te lo prometo.
Con eso me despido y le digo que me llame mañana, seguro que para entonces ya estoy más tranquila.  

Guardo mi teléfono en mi bolsillo y me giro en dirección a mi destino principal. —Mer, sé que estás ahí.
Se despega momentáneamente del  marco de la puerta y me dedica una falsa media sonrisa.

—¿Está todo bien Kath?

—Sí, nada de lo que debas preocuparte. —añado intentando parecer segura, creo que lo logro.

—Claro que me preocupo. —dice en tono obvio. —¿Acaso no recuerdas lo que pasó la última vez que te peleaste con Ash?
Los recuerdos pasan por mi mente, primero gritos, les siguen libros volando, después más gritos, personas corriendo con expresión desconcertada por todo el palacio y por último una ventana rota por el impacto de un libro tirado por mí.

—No fue para tanto...—digo casi en un susurro. Pero Meredith parece escucharlo ya que su expresión se torna incrédula.

—¿En serio? Estuvisteis cuatro días sin hablaros y Nate y yo tuvimos que hacer de mensajeros por todo el castillo con vuestras cartas de odio. Y eso por no hablar del destrozo que causaste.

—No lo causé solo yo. —digo indignada.

—Como sea... —termina con sabiduría mi hermana, a sabiendas del rumbo que tomaba la conversación.

—Por favor, me puedes ayudar con el trabajo de geografía, es que no entiendo nada del nuevo tema y a ti se te da genial, por favor.

—Esta bi... —No soy capaz de terminar la palabra al darme cuenta del colgante que mi hermana carga sobre su cuello. —Mer, ¿de dónde has sacado esa llave?




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lunes, 10 de diciembre de 2018

SORGIN Capítulo 2 Por una vez

Capítulo 2


Por una vez



—Ya está aquí tu hermana favo…
Las palabras mueren en mi boca al encontrar a mi hermano haciendo las maletas y con una llave que conozco muy bien en la mano

—Hola Kath...
Saluda mi hermano con un tono sospechoso y una sonrisa que irradia culpabilidad.

—¿A dónde te marchas?

—Te lo prometo que te lo iba a decir, pero es que no sabía cómo y la verdad es que me daba miedo lo que pensaras. Yo…

—¡Para! —Le freno antes de que continúe su vómito verbal.—Ve al grano Ash.

—Vale, te lo soltaré sin más: me voy.
Esas palabras me cayeron como un jarro de agua fría, esto no podía estar pasando, Ash es mi hermano, mi mejor amigo, es como mi otra mitad. Me siento dolida porque me lo esté contando ahora y triste porque se va.

—¿Cuándo te vas, a dónde, por qué... ?

—Me voy en media hora —Me detiene él ahora— Parto hacia Luboa, para… un viaje de negocios con papá.
Me dice en tono de pregunta, sé que obviamente me está mintiendo, eso me enfada, sabe que odio que me mienta. Pero, a la vez me quita un gran peso de encima, pensaba que se iba para siempre ¿Qué será tan horrible para que no me lo pueda contar, no es un simple viaje de negocios? ¿Por qué me lo dice ahora? Decido que es mejor no seguir indagando, creo que será mejor para mí.

—¡Ahhh, vale! —Noto cómo se le relaja el rostro al creer que me he caído en su intento de mentirme—¿Cómo tienes tu esta llave?— digo cambiando hábilmente de tema.

—La verdad no sé, estaba colgada en mi puerta esta mañana con una nota que decía. «Guarda esta llave, por una vez me será útil tu existencia». Pensaba que me la habías mandado tú.—me dice con un tono gracioso pero en el fondo asustado.

—Yo no he sido, idiota, es igual a la llave del Tesoro Real, pensaba que yo tenía la única llave…

—Pues se ve que no…—dice en tono de obviedad— Bueno, vete que necesito terminar esto.

—Vale, don responsable, ven a despedirte antes de irte.

—Claro que sí orco, ahora sal de mi cueva.
Me río por su comentario y después de darle un efusivo abrazo y despeinarle, salgo hacia el despacho de papá para que me confirme lo del viaje a Luboa.

Por el camino me encuentro con algo sorprendente. Absolutamente en todas las puertas del castillo está colgada una copia de la llave del Tesoro Real con la misma nota que le dejaron a Ashton. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Inmediatamente desecho teorías muy locas, decido pensar que es una broma de mal gusto y sigo mi camino aún perturbada.

Al llegar a la oficina de mi padre, más conocido como Joel de Cumbia, toco la puerta y paso sin esperar su permiso.

—Hola Katherine, ¿Qué quieres hija?

—Hola papá, solo venía para asegurarme de que Ash no me ha mentido sobre lo de vuestro viaje de negocios a Luboa.
Hace una mueca extrañado pero de repente la cambia como si entendiera perfectamente la situación.

—Salimos en veinte minutos, mi maleta está allí—Dice señalando hacia el otro lado de la sala, al confirmarlo, le hago una seña para que prosiga.—Estaremos fuera unos tres días, no te preocupes hija, no es nada extraño.
Asiento insatisfecha ya que no me ha dado detalles y tampoco le veo con disposición.

—Por favor Kath, cuida de tu hermana Meredith y ayúdala con su trabajo de geografía, que sabes que se le da fatal. Y bueno, intenta que Nate no se meta en líos, que si no volverá loca a tu madre.

Ruedo los ojos y le prometo que haré lo que me pide. Seguidamente voy corriendo al cuarto de mis padres, mi madre siempre se encuentra allí y necesito hablar con ella, necesito que me dé una explicación sobre lo que está pasando.

 Al llegar toco la puerta y al igual que con mi padre, no espero respuesta y entro. Mi madre está sentada en su escritorio leyendo unos documentos que parecen la verdad muy aburridos. Al darse cuenta de mi presencia me mira con un gesto extrañado que se torna rápidamente algo enojado.

—¡Katherine Delancy William, ¿qué te he dicho sobre llamar a la puerta antes de entrar?!
De verdad amo a mi madre, pero hay veces que es muy estricta con las normas de educación y protocolo, ya que el hecho de que vaya a ser una reina maleducada le inquieta bastante.

—Lara Elisabeth William, he llamado a la puerta. Pero al ver que nadie me respondía he decidido entrar.
La cara de mi madre se relaja y me sonríe.

—Vale hija, pero que sea la última vez.— Me dice seria. —¿Para qué vienes?
Coloco una mano en mi pecho haciéndome la ofendida y le digo en tono de reproche que me ha dolido que no le agrade mi presencia. Mi madre se limita a reír y entonces decido preguntarle.
—Mamá, ¿Por qué se van realmente Ash y papá?
 Al igual que papá, al principio me mira extrañada pero rápidamente algo le hace clic en la cabeza, ya que cambia su expresión totalmente.

—Si Ashton no te lo ha dicho todavía, ya lo hará a su debido tiempo. Mientras tanto no te preocupes y ayúdame con estos documentos.

Hago una mueca y dispuesta a quejarme abro la boca, pero entonces comprendo que mi madre no me va ha decir nada, así que de mala gana asiento dando a entender que le ayudaré. Va a ser una tarde realmente divertida.

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viernes, 7 de diciembre de 2018

Próximo relato en la SER

Frase de inicio para la semana 11: Lo sé, soy un nostálgico
Recuerda que la extensión máxima del texto es de 100 palabras (sin contar la frase de inicio ni el título). Por favor no envíes el mismo microrrelato más de una vez o se repetirá en la base de datos. Si eres menor de 18 años debes contar con la autorización de tus tutores para participar en el concurso.

NO se puede subir ningún relato hasta el lunes 10 a partir de las 20.00h.

ESCUCHAR QUIÉN FUE EL GANADOR DE "Intuyo que los científicos irán desapareciendo"

jueves, 6 de diciembre de 2018

Capitulo 1. Dos minutos

Introducción
Empieza aquí la primera novela de Camila editada para todo aquel o aquella que quiera acercarse a una aventura surgida de la mente de una escritora joven (muy joven). Camila ha elegido el blog, supongo, por la oportunidad que ofrece dar a conocer su obra de una manera fresca, según va surgiendo de su mente. Esto supone un riesgo pero también una oportunidad: tener un feedback de sus lectores. Se me ocurre como primer tema que pueden ir sugiriendo un título (a no ser que la autora ya tenga uno y se lo esté guardando para más adelante).
Creo que estas dos aventuras van a ser muy interesantes. me refiero a la narrada en la novela y a la aventura de su inicio como escritora de Camila. Mucha suerte y mucho ánimo.
Juan F. Díaz Hidalgo


Capitulo 1

Dos minutos


Dos minutos. Dos minutos pueden parecer insignificantes. Mucha gente hace un montón de cosas en dos minutos: hay records mundiales en dos minutos, hay gente que puede estudiar un tema en dos minutos…
Yo no tengo ninguna capacidad como esa, pero fueron dos minutos los que me convirtieron en futura reina. Nací dos minutos antes que mi hermano mellizo.  Dos minutos que no estoy segura de si fueron una desgracia o una bendición. No conozco otra vida que la que he tenido y seguro que no puedo quejarme, pero sí puedo decir que hay veces en las que me gustaría haber nacido después de mi hermano.
Las antiguas leyes de Cumbia, país del que soy princesa, decían que debía haber sido mi hermano el que se convirtiese en rey por ser hombre, pero mis padres pensaron que eso era un principio muy machista y retrógrado, así que decidieron cambiar la ley.
Hoy a mis diecisiete años de vida, me encuentro en la sala del tesoro real, una biblioteca en donde se pueden encontrar todos los libros del reino. Este es el tesoro de nuestro país y no podría estar más agradecida a nuestro antepasados por empezarla.
Acabo de terminar de leer por novena vez uno de mis libros favoritos: «Cuando me veas» de Laura Gallego. Sé que fue escrito hace un siglo, pero me encanta. En este libro se mencionan una clase de métodos de enseñanza que se realizaban en unos lugares llamados institutos. Esto ahora ya no existe. La enseñanza se imparte por cursos en cada casa. También hablan sobre ordenadores, cosa que ya había oído, pero jamás he visto uno, dicen que contienen toda la información sobre todas las cosas.
Como las veces anteriores, al terminarlo me siento completa pero, hay algo raro, al final del libro hay una especie de papel con el sello real, en el que aparece escrito «sala 125, e42 p27». Hasta donde yo sé, solo hay 124 aposentos en este castillo y siempre ha sido así. En todos los planos aparece 124,  los demás número y letras no tengo ni idea de a qué se refieren. Otra cosa que me inquieta es que yo soy la única persona que acude a este lugar desde hace 13 años, yo tengo la única llave de este lugar y estoy segura de que este papel ha sido puesto en este libro recientemente.
No le doy más importancia, me guardo el papel en el bolsillo y me dirijo a hablar con mi hermano mellizo Ashton. Somos una y carne, le tengo un amor incondicional y nos lo contamos todo. Al abrir la puerta de su habitación, me encuentro con algo que no me esperaba ver.
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lunes, 3 de diciembre de 2018

Microrrelatos


Microrrelatos Maker Balder



Aprovechando el concurso de microrrelatos encadenados de la Cadena Ser, iniciamos una serie encabezada por un microrrelato, «Practicando Optikey», que se ha presentado al concurso.



Practicando Optikey
Intuyo que los científicos irán desapareciendo. De momento siguen ocupando la habitación y creo que no podría poner un pie en el suelo sin pisar uno. Hace una hora había dos científicos con bata que ahora no están. Desaparecieron cuando no miraba, decido cerrar los ojos, al abrirlos ya no veo a los científicos de batas azules. Vuelvo a cerrarlos y oigo un gran ruido; cuando los abro no queda nadie y oigo gritos en la penumbra del pasillo. Quiero huir pero no puedo mover nada más que los ojos. Con pánico comprendo la verdad: yo también soy científico y ahora no sé si cerrarlos.


El inicio de los microrrelatos coincide con la frase final del último premiado en el concurso. En este caso, hemos escrito con la inspiración del profesor y hemos añadido la de los alumnos. En los casos siguientes ha sido al contrario. De la inspiración de los alumnos, el profesor ha corregido y adaptado los microrrelatos de forma que se cumpla el decálogo de composición de éstos.


Resumen del decálogo del microrrelato.

- El microcuento o microrrelato, tiene planteamiento, nudo y desenlace. El objetivo es contar con un cambio que resuelve el planteamiento de las primeras líneas

- Seleccionar bien los detalles con lo que se describe. Un detalle bien elegido puede decirlo todo.

- Precisión en el contar y en el uso del lenguaje. Seleccionar drásticamente lo que se cuenta y lo que no se cuenta.

- El título es esencial, forma parte de la historia. Con extensión mínima tiene que revelar algo importante.

- Cuentan algo muy pequeño con un significado muy grande.

- Contar cuentos es pintar con palabras, dibujar con escenas para que el lector pueda conmoverse con ellas.

- Piensa distinto, huye de los tópicos, no te conformes.



En éste de Javier M. de 2º ESO, se ha corregido la fase final (en cursiva):


Inteligencia superior


Intuyo que los científicos irán desapareciendo. El gran ingenio artificial creado a base de cerebros de cabra ya es capaz de resolver ecuaciones complejas y analizar sintácticamente tres oraciones a la vez. Los profesores ya han desaparecido. Ahora sus conocimientos se han ampliado y cada segundo es capaz de más cosas. Las Naciones Unidas están asustadas debido a la superioridad que el llamado «Supercerebro Caprino» tiene sobre las mentes humanas más privilegiadas. Pero solo unos pocos conocemos lo más preocupante: la máquina pronto deducirá que hay algo más eficiente que un cerebro de cabra.

(Nota del profesorAquí he optado por cambiar el final para hacerlo más inquietante, ya que el final original era dudoso: Y lo más preocupante y que las asociaciones de animales temen. Las cabras están al borde de la extinción).

 


La solución final


Intuyo que los científicos irán desapareciendo. El robot que construyen piensan que será su gran acto en este gran mundo, pero se equivocan. Construyen una máquina que tiene máscara de Ser. Un a máquina omnisciente, un ser omnipotente capaz de todo. Si lo consiguen todos los trabajos serán destruidos. El robot lo hará todo por nosotros pero, ¿qué será de nosotros? ¿Viviremos cómodos viendo la televisión todo el día? ¿Nos matará a todos? ¿Nos seguiremos reproduciendo? ¿Nos meterá droga por el oído para que el cerebro sea feliz? Para qué serviremos los humanos?¿para disfrutar de la vida? Permitidme que dé una respuesta: siempre unos pocos han tenido todo a su alcance pero, necesitaban que alguien trabajase por ellos. Ese alguien ahora no es necesario.

 Este relato es de Iker G. 2º de ESO